Troya, mi perra, tiene unos 15 o 16 años. Una abuela canina en toda regla. Su ancianidad a veces nos hace olvidarnos de que mis dos gatos, Flash y Maya, ya son también dos séniors en toda regla. Flash cumplirá este mes de marzo trece años. Maya tiene uno menos.
Es cierto que los años parecen pasar más despacio para los gatos, no sé porqué será. Son animales que tienen un halo místico incluso a la hora de envejecer. Es cierto que ambos están más tranquilos, duermen más (y parecía que era algo imposible hace unos años), pero físicamente no se les nota la vejez. No es como en los perros, que es más evidente. En los perros el pelo pierde luestre, los rasgos se afilan, encanecen, la piel pierde tersura y cuelga más… Para un ojo mínimamente entrenado es sencillo distinguir a un perro anciano de uno simplemente adulto.
Con los gatos, simplemente, los años parecen estar ahí acumulándose sin muestra aparente. Sí que hay cambios claro, a nivel orgánico y sensorial, pero no son tan perceptibles.
En el área de comunicación científica de Royal Canin explica que hay dos fases la madurez gatuna, mis gatos desde luego ya están en la segunda:
En la primera, a partir de los 7 años, apenas se observan signos de envejecimiento, aunque los primeros cambios celulares ya empiezan a producirse. A partir de los 10-12 años los signos son más evidentes, debido a un progresivo deterioro de los órganos y sus funciones, así como de las capacidades sensoriales.
Y dejan claro que el principal problema para los gatos mayores de interior es la obesidad. Hay que limitar la ración de alimento, nada de barra libre. Y procurar que tengan una alimentación de calidad adecuada a su edad. Por mucho que su labor sea vender pienso, lo cierto es que tienen razón.
También hay que estar muy pendientes de ellos cuando se hacen mayores: si adelgazan repentinamente, engordan, les aparecen bultos sospechosos, orinan menos, parecen no ver u oir bien… todo ello es más probable en su vejez. Y si es así, toca una visita rápida a un buen veterinario.
De cómo encontrar buenos veterinarios que amen a los animales con precios razonables, ya hablaremos otro día largo y tendido, aunque suele ser buena idea pedir referencias a las protectoras de animales sobre los profesionales que colaboran con ellas.
Estos cuatro gatos están en adopción en Madrid, son unos pocos representantes de los muchos por los que vela la asociación GATA. adopciones@gataweb.com 626 300 412 (dejad mensaje).
Y algo más antes de despedirme: tal vez os hayáis dado cuenta de que ha cambiado el diseño de todos blogs de 20minutos.es y también el del mío. Es la tercera vez en sus más de siete años que el blog varía de aspecto. Hasta ahora tuvo a Mina en cabecera, mi anterior perra adoptada en PROA, desde hoy ese lugar lo ocupa Troya. También he aprovechado para cambiar mi foto, que llevaba todos esos años siendo la misma. ¿Os gusta?