No son buenas fechas para los gatos, y no es la primera vez que lo cuento aquí. Las camadas proliferan con el buen tiempo y hay una avalancha de cachorros que se suma a los abandonos de adultos. Las protectoras y asociaciones que se ocupan de los gatos están especialmente desbordadas por estas fechas, en las que las casas de acogida disminuyen y la gente está pensando más en irse a la playa que en adoptar. Y cuando arranqué el frío y se acerque la Navidad se incrementarán los interesados en adoptar, pero la mayoría querrán cachorros y pocos los encontrarán, aún así la mayoría no querrá dar una oportunidad a los adultos jóvenes que en la primavera previa eran cachorros (la ‘cachorrez’ en los gatos es más breve que en los perros).
Un drama anual del que me acordaba al oír ayer decir a Amanda, que dedica gran parte de su tiempo y recursos a ayudar a los gatos madrileños, que odia el verano.
Amanda está saturada, necesita ayuda, necesita desesperadamente casas de acogida temporales. Desde aquí os animo a tener de visita en vuestra casa uno o dos gatitos hasta que encuentren hogar si vuestras vacaciones lo permiten.
También necesita adoptantes o acogidas para algunos de sus casos más urgentes, que paso a mostrar.
Su contacto es 684017181 ayudaaanimales2@gmail.com. También podéis contactar con ella mediante su página de Facebook y ayudar a difundir sus casos.
El cachorro naranja de la primera imagen fue rescatado junto a su madre en una colonia. Su padre estaba en muy mal estado y sigue ingresado. A su madre, que le acompaña en la segunda imagen, le falta un trozo de pata por un cepo. Ambos esperan su segunda oportunidad.
Recordad a esta familia felina la próxima vez que os diga alguien que los gatos saben apañárselas bien en la calle.
Esta gatita que parece de porcelana (en la última foto del post la podéis ver mejor) fue rescatada tras haberse escapado con el cuellos n carne viva. Desconocen qué puede haber pasado. Esa misma noche se puso de parto y tuvo cinco preciosos cachorros que van creciendo deprisa y necesitan un hogar. Igual que ella, que ya está mucho mejor.
También hay dos gatos con leucemia, un hermano de otro al que consiguieron un hogar pese a tener leucemia, más gatos y cachorros en la colonia de la Elipa para los que no tienen ningún hueco y en dos semanas comienzan a construir…
“No sé qué hacer, no me dan las manos, no salen acogidas”, explica Amanda.
¿La ayudaréis, aunque sea difundiendo?